La semana pasada fabricamos, con mucha paciencia unos preciosos molinillos de papel. Y cuando estuvieron todos terminados decidimos sacarlos a pasear y a que les diera el maravilloso viento de Almería. Los fuímos creando poco a poco y, aunque, encontramos algunas dificultades como averiguar que puntas bajábamos al centro y cuáles no; o como sujetarlas juntas y que no se escaparan; o cómo evitar los roces para que girara libremente, etc., pero estos pequeños inconvenientes se solucionaron con la ayuda y la colaboración del grupo. Ese día salimos volando los molinillos y el día acompañó. Incluso por la tarde vi molinillos por la calle. Otro agradable recuerdo que me viene a la mente de mi niñez, espero que los hayan disfrutado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario