NUESTRO TALLER DE ARCILLA

Con la llegada de final de curso, también llegan los calores, el cansancio y los nervios de las fiestas y las despedidas. Así que las dos últimas de semanas de cole como habéis visto por las entradas anteriores se realizaron actividades más relajadas, lúdicas y diferentes.

Una de ellas ha sido el TALLER DE ARCILLA. En el que hemos realizado 3 sesiones de experimentación, manipulación y construcción con la materia: la  arcilla.

Aplastan, estiran, enrollan, agujerean, despegan, levantan, ahuecan...

La esponja mojada al centro facilita que la arcilla mantenga la humedad que necesita para ser trabajada.

Aprietan, golpean, redondean, aplastan,  dejan huellas...

 La arcilla es un material excelente para trabajarlo con las criaturas, además de que se ponen en juego mecanismos cognitivos y emocionales diferentes que para trabajar la plastilina, por ejemplo. Pero... debemos de ayudarles a descubrir las características y las propiedades de esta materia.

Los churros, las planchas, las bolas, el pringoteo... 
¡¡SÓLO HAY QUE VER SUS CARAS!!!

 ¿CÓMO MANEJAR LA ARCILLA? 

Hay varias formas de trabajar la arcilla y no todas ellas requieren de instrumentos costosos o difíciles de encontrar y utilizar. En clase tenemos un cajón lleno de herramientas para modelar, para dejar huella, texturas, para vaciar, alisar, cortar, etc. Cualquier objeto duro puede dejar huella sobre un material blando y lo bueno es buscar y descubrir las que más nos gusten.

Los niños saben que con una barra de plastilina y palillos de madera, papel, clips, tapas de botellas, cepillos de dientes, monedas, moldes para galletas, prensa de ajos, tapones de rotuladores, blondas, calados,  etc.  podemos formar divertidas figuras y dejar todo tipo de huella para crear texturas y dar a nuestra pieza personalidad.

Descubren las marcas, los agujeros, las huellas... y el pringoteo les encanta!!!
Y se imitan unos a otros.

Al principio suelen hacer con la arcilla lo mismo que hacen con la plastilina. Picadillo, aplastarla, trocearla, churrillos, bolillas... etc., hasta que se dan cuenta que se va secando y se va endureciendo, cosa que a la plastilina no le ocurre porque tiene aceite. Sin embargo, la arcilla normal se trabaja y se amasa uniformemente humedeciendo las manos cuando comienza a secarse y eso lo vemos cuando se agrietea al trabajarla. Para solucionar esto y no pringar demasiado, yo coloco unos platos de plástico con una esponja húmeda en él. Así quien lo vaya necesitando pasa la mano por la esponja y lleva la humedad a la arcilla.

Otra manera de ablandarla uniformemente es apaleando la masa, levantándola de la mesa para que no quede pegada, ni pegada a nuestras manos, esa es la medida de que la arcilla está en su punto para trabajarla.

Estos algunos de los resultados de la 3ª sesión.

En las primeras sesiones hay que dejarles que descubran y experimenten con ella, alguno, al principio, no se atrevía a tocarla, sin embargo la mayoría se lanzaron a por ella fascinados. 

Se trabaja con una cantidad que puedan manipular con las dos manos porque el objetivo es familiarizarse con la materia.

Así que la clase se llena de golpes rítmicos  estiramientos, palmadas, aplastamientos, churros, serpientes, bolas, volcanes, agujeros, picaillo, y... 
¡¡¡EXCLAMACIONES, SONRISAS Y CARAS EMOCIONADAS!!!  
Caras felices como las que hicieron con la arcilla.
En la siguiente presentación se puede ver la primera y la tercera sesión.

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