El viernes 16 de Abril comenzamos a prestar libros a casa. Cada niño y niña para inaugurar este servicio de la Biblioteca de Aula eligió el libro que trabajó para la visita de Violeta Monreal. Se lo llevan este viernes y lo devuelven el lunes. Los libros viajan a casa en una funda de plástico para protegerlos de líquidos, manchas, etc., dentro lo acompaña una nota donde dice cuando hay que devolverlo y, además, cada libro lleva la etiqueta con el nombre del niño o de la niña.
El lunes 19, llegaron todos los libros en perfectas condiciones, salvo dos olvidos, que recordaron el martes su devolución al aula.
Los niños y las niñas estaban muy ilusionados porque se lo habían leído muchas veces. Una su mamá, otra su papá o su hermano mayor. Les gustó llevárselo a casa para compartirlo con personas queridas y que han hecho de mediadores entre el niño, la niña y el texto, a través de la lectura.
Todos querían opinar sobre su libro, lo que más le había gustado, las sorpresas que se llevaron, y lo que no les gustó, tener que llevarlo, otra vez al cole. Pero cuando les expliqué, de nuevo, que el próximo viernes podían intercambiar su libro con el de una compañera o el de un compañero para llevarlo a casa. Más contentos que nunca, ya empezaban a buscar los libros que querían llevarse. Se acercaban al amigo o a la amiga que tenía el libro que se quería llevar a casa y aquí empezaban a hablar entre ellos sobre los libros que tenían entre sus manos. Disfruté con este momento porque nadie se negó a dejar su libro a otra persona y porque hablaban de temas de mayores. Hablaban de libros, bueno hablaban de las "historias que cuentan las letras", como me dijo un niño de 5 años, hace ya, unos cuantos más.
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